Hoy me siento triste desganada, abandonada, sola... como si no le importase a nadie.
Me ha llamado Jorge a la hora del recreo para decirme que soy una puta, una mentirosa, una falsa... dice que no soy como él esperaba. Me acusa de cosas que no he echo, yo no he hablado mal de él en ningún momento.
Por otro lado vino a buscarme Luisma a la puerta del instituto para decirme que quiere volver, que me desea y me agobia que quiera algo serio después de demostrarnos que lo nuestro no tiene futuro. Me habló de casamiento, de alquilar un piso e incluso de la posibilidad de tener hijos; algo que me ha terminado de hundir.
Por último está Johan que me hace reír y me apoya en momentos en los que me siento así de sucia, de perdida, de deprimida. Me llenan sus abrazos y caricias, pero no he podido acostarme con él... con ninguno.
No me siento bien, no estoy en mis cabales, no quiero escribir, no quiero estudiar ni leer. Me encierro en mí cuarto y no me importa derramar alguna lágrima en la soledad de mi palacio de cuatro paredes. No me importa gritar y jalarme los pelos. No me importa nada... Aveces pienso en el suicidio, ¿pero de que serviría? De nada... al fin y al cabo todo seguiría igual. Que triste es vivir una vida si no es vida. Muy triste es sufrir el ahogo del silencio y las penas revividas. que triste es... la soledad de mí vida.
By José Damián Suárez Martínez
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